6 Abril 2017

Mike Oldfield: «La música está en mi cabeza, apartada de las influencias»

(Enviado por jaimixx)

JORDI BIANCIOTTO

14/03/2017

Mike Oldfield coge el teléfono desde las islas Bahamas, donde vive desde hace ocho años creando discos y desentendiéndose de los escenarios. El nuevo responde por Return to Ommadawn y es un regreso al imaginario de su tercer álbum, Ommadawn, publicado en 1975.

–Las Bahamas, ¿son un buen lugar para un músico?

–Sí, lo son. Tienen un buen clima y la gente no me conoce mucho y me deja tranquilo.

–¿Más que en Ibiza, donde vivió un tiempo en los 90?

–No crea, en España la gente no me molestaba, es en el Reino Unido donde tuve problemas. Aquí lo que es estupendo es el clima, ni siquiera en invierno hace frío. Es agradable.

–Tienen nuevo disco, ‘Return to Ommadawn’, y...

–Oh, ¿puede decirme en qué lugar de la lista de ventas está en España?

–Pues no sabría decirle, la verdad. ¿Ve este disco como un trabajo comercial?

–¿Quiere decir si espero que la gente lo escuche? ¡Por supuesto! Se lo preguntaba por curiosidad, por saber si gustaba en España. La posición en la lista es un indicador.

–Desde luego. ¿Y por qué ese regreso a ‘Ommadawn’?

–Pensé que sería divertido e interesante, y lo fue. Lo he disfrutado mucho.

–¿Puede decirnos qué es, dónde está, ‘Ommadawn’?

–No es nada, es una palabra sin sentido. Cuando hice el Ommadawn original le pedí a la cantante que escribiera algo y le salieron unas palabras que no significaban nada. Diría que tenían algo que ver con el irlandés: omma, omma, dawn. Me gustó su sonido.

–¿No diría que sea un estado mental?

–No, no hay nada místico ahí. Aunque puede tener ese sentido si usted lo desea: cada uno puede darle su propio significado.

–Aquel disco tenía sonidos acústicos, influencias folk, se podía intuir un cierto aire tribal.

–Sí, era el fruto de muchas influencias. Pero por lo general yo hago música y no escucho demasiado la música de los demás. Comencé muy pronto, a los 15 años, y si oía cosas era más bien por accidente. Cuando no hago música la última cosa que haré será ponerme a escuchar música de otros. La música está en mi cabeza. Creo que funcionar así ha sido positivo porque así mi trabajo ha sido original, apartado de influencias. Aunque a veces sí que escucho cosas por afán de investigar. Cuando viví en Ibiza fui a discotecas como Pachá y estudié un poco la música de club, aquellas bases de bajo y batería, y obtuve información que luego usé en el disco Tubular bells III, que años más tarde formó parte de la apertura de Juegos Olímpicos de Londres.

–Trabajar en ‘Return to Ommadawn’, ¿ha supuesto situarse en los tiempos en que hizo ‘Ommadawn’, en los 70?

–Oh, sí, y ha sido interesante porque aquella vieja versión de mí mismo que existió en los años 70 se desanimó a finales de la década, cuando apareció toda aquella música agresiva. Me pareció que el mundo se había vuelto loco.

–Se refiere a la aparición del punk.

– Sí, tuve que reinventarme y hacer mi música más mainstream, con canciones más cortas. Salieron algunas buenas, como fueron Moonlight shadow y Shadow on the wall. Aprendí a hacer canciones comerciales. Recuerdo una conversación con Richard Branson (Virgin) diciéndome que ya no necesitábamos largas composiciones instrumentales sino piezas cortas. En los 80 las cosas fueron así, pero volvieron a cambiar años después cuando hice Tubular bells II (1992), que tuvo mucho éxito. Pero aun entonces sentía que no podía recuperar mis raíces auténticas, que son mis primeros tres álbumes. Y no fue hasta después de los Juegos de Londres, en el 2012, que me di cuenta de que la música de mis primeros tiempos era importante, y empecé a pensar en Ommadawn. Y ahora estoy trabajando en Tubular bells IV, que será como Return to Ommadawn: un disco hecho a mano, sin sintetizadores. Seguramente saldrá en el 2018, en el 45º aniversario de Tubular bells.

–En ‘Ommadawn’ colaboró con varios músicos, como Paddy Moloney (The Chieftains) o Pierre Moerlen (Gong). ¿Por qué en este ha trabajado solo?

–Ah, ¿por qué?, ¿por qué? ¡Odio esa pregunta! (ríe) Pues simplemente no quería trabajar con otros músicos. Quería hacerlo solo.

–¿Cree que es difícil que otros músicos entiendan lo que quiere?

–No lo sé, solo puedo decir que fue un gran placer hacerlo todo yo solo.

–En esas continuaciones de ‘Tubular bells’ y ‘Ommadawn’, ¿juega la nostalgia algún papel?

–No es nostalgia, sino volver a la versión auténtica de mí mismo.

–¿No será posible verle de nuevo en un escenario?

–No lo creo. Soy más feliz haciendo mi música en las Bahamas que saliendo de gira. Un tour implica un montón de trabajo de organización. Y el escenario me hace sentir como un entertainer, cuando yo me veo más como un científico en el laboratorio, creando música, no saliendo ante el público bailando o dando espectáculo.

–Los discos son, pues, el modo de definitivo de Mike Oldfield para comunicarse con el mundo.

–Sí, es así. ¡Aunque podría crear un holograma y la gente podría verme sin moverme de las Bahamas!


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Traducción al Español por Mike-Bell. Artwork by Krenes

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